Gradiva se detiene junto a vosotros para presentaros a la oveja negra de la familia, al artista maldito, al Doryan Gray, al renegado, el misántropo, a la voz del silencio; en él la vida y la creación surgen a partir de la autodestrucción y la búsqueda incansable de la belleza y de respuestas, respuestas para todo, incluso para aquellas preguntas que parecen no tenerla.
Sus ojos, incansables, permanecen fijos en las estrellas, anhelando volver a ellas, pero empuja incansable la piedra y, como buen funambulista, mantiene el equilibrio en la fina hoja de su cuchillo. Una y otra vez lo cruza, una y otra vez la empuja, bajando sus ojos hacia el abismo, alzándolos hacia las estrellas, pero siempre dando la vuelta y volviendo a empezar.
CARTA II
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CARTA III
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CARTA IV
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CARTA V
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CARTA VI
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